miércoles, junio 20, 2007

Donde Están los Limites

La naturaleza humana nos obliga a poner limites, mas bien paradigmas, algunos científicos sostienen que nos volveríamos locos si no los tuviéramos. He escuchado que cuando Colon llegó a América, los indígenas de la Isabela, no fueron capaces de ver las carabelas hasta que desembarcaron los botes, pues la imagen de grandes barcos de vela no estaba en el marco de referencia de los indios, solo el brujo de la tribu, un iniciado, fue capaz de visualizar los barcos, pues detectó una anomalía en el oleaje que lo obligó a salir del marco de referencia impuesto por sus vivencias, pudo finalmente sintetizarlos en su mente y ver. De ahí en adelante ingresaron los hombres barbados en su mundo, pero ahí estuvo él, un genio que superó sus límites. La historia dice que James Coock tuvo una experiencia similar en las islas Fidji. Hoy recordé estas historias mientras escuchaba un relato del Discovery Chanel donde mencionaban a unos niños en jamaica que eran incapaces de ver un globo aerostatico enorme frente a sus narices, actuaban como si no existiera, estaba fuera de los límites de su conocimiento.

En efecto las teorías modernas dicen que nuestro cerebro solo visualiza aquello que esta dentro del marco de referencia, independiente que los globos oculares, el olfato, el oído, la lengua y el tacto perciban algo distinto, el cerebro verá solo lo que está dentro del marco de lo aprendido, Felices los recién nacidos que no tienen paradigmas, pues estos condicionarán toda nuestra existencia a partir del nacimiento, esto es y será siempre una gran traba para el desarrollo y la evolución del Homo Sapiens. Afortunadamente siempre ha existido un grupo de seres humanos que son capaces de escapar de estas fronteras, ir mas allá sin importar que digan los obnubilados, aquellos hombres masa, Informes, que en aras de su propia supervivencia son incapaces de asumir el riesgo de explorar nuevas dimensiones, y que con sus temores atávicos y miopes, niegan, desafían y castigan al innovador.



Las creencias han provocado por generaciones daños enormes a la sociedad, basta revisar lo que pasa hoy en día en Palestina, o un discurso reciente del Papa haciendo referencia a la Yihad y la posterior reacción musulmana, de hecho el Papa se tuvo que disculpar, nunca sabré si cambió de opinión, sin embargo bajo esta perspectiva de los paradigmas se puede por ejemplo entender y al mismo tiempo encontrar muy absurdo el manual de Carreño, lo mismo el actuar de aquellos Manolitos que valoran al ser humano por su dinero, léase a Quino, no es muy distinto respecto de otros que subliman el árbol genealógico e intentan de rastrearse su ascendencia hasta algún aristócrata medieval.



Por este camino de los límites, los Brahamanes piensan que son mejores que todo el resto en su mundo, Los judíos creen que Jehová los eligió solo a ellos, Los shiitas piensan que hay que declarar la guerra santa a los infieles y piensan que los Zunitas están profundamente equivocados. Algunos compatriotas a falta de títulos de nobleza, piensan que asistir a la ópera, practicar esquí, usar ropa de marca y tener un vehículo taquillero, los hace diferentes al resto, me pregunto diferentes a quién, si hay una gran manada que hace esfuerzos indecibles para parecer igual, vestirse igual y se imitan unos a otros, sin razonar mucho en lo que realmente ellos quieren, van siguiendo los dictámenes de la moda impuesta sin duda por algún hábil comerciante, no me mal interpreten, no es que sea malo seguir la moda, la pregunta es ¿constituye un paradigma? Y ¿donde están sus límites?.

Me agradan aquellos jóvenes que se quieren diferenciar, pero sobre la base del pensamiento racional, intentan escapar del marco y a veces lo logran, sin embargo, las mas de las veces ellos también caen en un nuevo paradigma, son las modas, me recuerdan a los lemmings que se tiran al mar y nadan sin un objetivo claro hacia el horizonte donde perecerán ahogados en una natación sin fin.

Los Norteamericanos confederados durante la guerra de secesión, pensaban que los negros no eran humanos por el color de la piel, claro eran muy diferentes por fuera, se debatía si eran o no hijos de Dios, lo mismo ocurrió con Onas y Yaganes en la Patagonia, los colonos a comienzos del siglo XX los cazaban como a animales, y ponían precio a sus cabezas, pues para ellos eran menos que humanos, curioso, pero hoy en día en Europa a algunos descendientes de estos mismos colonos, se los persigue como ilegales y les llaman despectivamente Sudacas. Algunas tribus en Nueva guinea se comen a otros seres humanos, por que no son capaces de entender su lengua, pero si les hablas en su idioma, entonces dejas de ser un animal y si eres un ser humano, Es curioso lo que hace la ignorancia, de hecho estoy convencido que no existe nada mas intolerante y atrevido que la ignorancia.

El avance de la genética ya se encarga de demostrar que el Homo Sapiens se desarrollo a partir de un grupo muy pequeño de hominidios, es mas, las investigaciones del ARN mitocondrial ha permitido inferir con alguna certeza que la primera madre de la especie humana, era africana y probablemente negra, el cómo se blanqueo durante la evolución, o si se ennegreció después, da lo mismo, el punto científico es que el origen de nuestra especie es único y común, el verdadero marco de referencia por tanto debiera ser el titulo nobiliario de esta verdadera Eva de casi 4.000.0000 de años, de antigüedad, claro que eso estaría muy fuera del marco de referencia de los confederados de USA.

La gran pregunta a todo esto es donde están mis límites en los paradigmas impuestos por la sociedad, y me atrevo a afirmar que ellos se encuentran precisamente donde mis creencias y acciones empiezan a afectar a los demás. Es decir todo andará bien en mi mundo, incluso mi derecho a defender y a persuadir a los demás respecto a mis creencias, mientras no dañe física, pecuniaria, moral y/o psicológicamente a los demás, es decir todos deben tener derecho a debatir, incluso a intentar persuadir y argumentar a los demás respecto de su propio marco de referencia. Este buen hábito de escuchar y debatir, nos debiera permitir el comprender y relacionarnos mejor, suena muy bonito, sin embargo es más frecuente observar la intolerancia, incluso aquí en nuestro propio país donde nos consideramos demócratas, es habitual oír descalificaciones y hasta agresiones de todo tipo respecto a otros incluso vecinos y amigos que piensan y actúan diferente. Lo llamamos amistosamente pelambre, insisto cada uno debiera tener derecho a pensar y actuar libremente sin afectar a los demás, ni menos aun imponer las creencias, tanto es así, que pienso que no debieran existir mas límites que los que nos imponen el respeto por los otros seres humanos. Este punto de vista nos obliga a entender y aceptar la genialidad y la importancia de aquellos que se salen del marco, muchas veces los llamamos des-adaptados, locos, ermitaños, en el mejor de los casos excéntricos. Esta última palabra se ha acuñado eufemísticamente para aquellos individuos cuya genialidad desbordante es inextinguible e insoslayable, son una supernova del intelecto, y que hace la masa en rebeldía con estos individuos ¿.....?. Como no les puede llamar locos, les permite sobrevivir y los llama excéntricos, tal magnitud tiene su brillo, que hasta él mas perno no lo puede obviar, son finalmente tolerados por la fuerza de su brillo, casi nunca por su actuar ni su pensar.



Pero que pasa con los demás simples mortales, hay muchos, que sin ser genios tenemos un alto potencial para otear fuera del marco, sin embargo como esclavos permanecemos amarrados a un barco y bajo cubierta, tanto es así que muchas veces no nos damos cuenta que vamos navegando permanentemente hacia un mundo nuevo, lo curioso es que todos tenemos las manos libres para romper las cadenas, pero no siempre tenemos la motivación para hacerlo, que tremenda perdida de potencial, ¿cierto?. La única verdad es que no hay limites, y a riesgo que te llamen loco debes atreverte a salir a cubierta donde brilla el sol.

Me aterra pensar que nuestra sociedad cada vez mas se dirige a un precipicio consumista, donde el marco de referencia que indica lo que está bien y mal, está dictado por las leyes del comercio y la propaganda, donde lo importante no es lo que uno piensa, si no mas bien lo que piensan los demás, ¿pero quienes son los demás?, El grupo de referencia alguien dirá, claro otro maldito paradigma, respecto a lo que yo debería pensar. Si embargo esta referencia es la fuente del problema, pues ahí en ese marco, es donde las leyes y la política derivan, estas ya no se hacen en función de las necesidades del ser humano, si no en función de intereses económicos y políticos disfrazados como prioridad del estado, y las verdaderas necesidades, entre las cuales está el educar a las futuras generaciones en abrir sus mentes liberándolas de sus paradigmas, no está contemplado, pues no conviene a los intereses de los que ya decidieron sus vidas y les molesta que otros tomen decisiones discordantes a las del grupo de referencia..

La verdad es increíble la disonancia entre el discurso políticamente correcto y el verdadero actuar de la sociedad. He visto a muchos que anuncian con bombos y fanfarrias que hay que preparar a las futuras generaciones, y ahora ya, para las enormes transformaciones que se avecinan, todos estamos de acuerdo que la velocidad de cambio es inmensurable, que la información y las comunicaciones son una revolución, que todo hoy está en línea, etc, etc, etc, Y me pregunto, ¿ y de la revolución de las mentes que?, No escucho cacarear a nadie.

Muy rara vez escucho a algún padre preocupado por inducir a su hijo a respetar al que es diferente, menos aun a incluirlo, pareciera que el único patrón importante para socializar, está dado por el rango social y a veces por la condición social de las personas y esta última, determinada por la capacidad del individuo para adquirir bienes y servicios de consumo, que la propaganda dice que hay que tener, me explico, un niño de 12 años comenta a otro, tengo un play station 3 y un televisor de plasma, ¿y tu?, Yo no, mi papa se compró un microscopio, así que... a lo mejor el próximo año cambiamos la Tele. Y un microscopio???, Y para que????, Igual raro tu viejo haaaaa.

La verdad no me atrevo a juzgar si tener un microscopio es raro o no, lo que sí debiera causar asombro, es el nivel de propaganda y el bombardeo inducido de lo que es supuestamente correcto o no, todo a través de artistas y supuestos líderes de opinión que nos lo representan en programas de dudosa calidad en la T.V. abierta, o en las revistas de moda. Frente a alguna crítica, los medios dirán que son para entretener, justificando así en el rating, el que haya o no otro tipo de información. No obstante me vuelvo a preguntar, donde están los límites y nuevamente trato de buscar la respuesta en razonar, ¿estoy o no afectando con mi actuar los derechos de los que se están formando?. Estoy convencido que mi deber como adulto es ser mas tolerante y debo abrir las mentes y no encerrarlas en una burbuja. Si, creo en generaciones futuras abiertas a la innovación y a los cambios, debemos ayudar a alimentar el intelecto de los hijos con la tolerancia, y provocar un hambre infinita por mirar mas allá de los límites que intentan imponer los medios de propaganda obligada, que nos bombardea a diario a través de nuestros cinco sentidos, menos mal que no tenemos seis.

Gracias a Internet tenemos una válvula de escape al intelecto, donde los individuos aun podemos ejercer a través de un clic el derecho a buscar lo que queremos y si bien la propaganda también es una marea en este medio, al menos es más democrática, claro es más abundante me dirán algunos, pero tiene aun la virtud de no ser monopólica y dependerá de nosotros mismos que el libre acceso a la Web sea un derecho que no sea pisoteado por los intereses económicos ni políticos del mundo.

Si bien Internet es un medio tecnológico importante para la tarea de abrir mentes, sin duda la herramienta más eficaz que hay que rescatar, es el dialogo y el debate en familia, nada mas placentero y motivante, que un almuerzo o una comida conversada donde las ideas fluyen al calor del hogar, liberadas de la intromisión de la propaganda, y solo sesgadas por las opiniones personales nacidas de las experiencias vividas en el día a día.